Los Inmortales

Desde diferentes perspectivas, los personajes inmortales de este libro se han erigido como paradigmas de la historia. los une el común parentesco de la grandeza y de la gloria que alcanzaron. Los hemos amado o admirado: a los héroes, por haber sabido embellecer sus vidas en el culto sagrado de la patria, y porque con denodado coraje supieron entregarse o la lucha por la libertad y por la independencia de los pueblos; o los mártires, porque su sacrificio en oras de los grandes ideales por los cuales batallaron, constituyó la gloriosa página de heroísmo escrito con acentos de eternidad; o los pensadores, porque sobre sus libros, llamaradas de su pensamiento, se ha enriquecido el ideario de la humanidad en la búsqueda de un mundo mejor; o quienes supieron oficiar en el altar de las Bellas Artes por dejar a la posteridad una "primavera del espíritu, una sonrisa de la historia", para decirlo con una bella frase de Rodó; a los defensores de los derechos humanos, porque sus pasos no conocieron más caminos que aquellos que los condujeron o los lugares donde el hombre ha sufrido la violencia de sus semejantes o los opresiones del poder; o las divinas criaturas cuyo recuerdo permanecerá en lo memoria de los hombres, porque supieron derramar su ternura sobre el dolor de los humildes y arropar con su misericordia la infelicidad y tormento de todos los víctimas de los injusticias humanos y de los fuerzas desencadenados de lo naturaleza.

Independiente de sus flaquezas humanas, unos se han consagrado como la conciencia moral de sus pueblos o los han encarnado con el glorioso titulo de libertadores; otros llegaron hasta el martirio para que su sangre generoso abonara los cominos de la libertad, del Derecho y de la Justicia; quienes que en la poesía dejaron para la humanidad un mensaje de belleza que perdurará por los siglos de los siglos; también los escritores de pensamientos profundos en cuyos vertientes de sabiduría se ha enriquecido el saber de los hombres. Todos ellos, cimeras figuras, dignos de figurar en uno galería de los Inmortales. Por eso prohijamos los iluminados palabras de Corlyle:

"Me alivio pensar que los Grandes Hombres son provechosa compañía, en todos sus aspectos. No es posible contemplar o un gran hombre sin que nos reporte beneficio, por imperfecto que fuere nuestro consideración. Es fuente de viva luz, cuyo contacto es bueno y placentero, lo luz que ilumina, que ha iluminado lo tiniebla del mundo; no lámpara encendido, sino luminaria natural que brillo por el don de los Cielos; manantial refulgente que irradia discernimiento natural y original, de hombría y de nobleza heroica, en cuyo resplandor se regocijan todos los olmos. Estoy seguro os agradará vagar un instante por tales regiones".